Leticia Arana
Porque se basa en inconsistencias y un manejo con fines electoreros o aseguramiento de votos, resulta riesgoso u equivocado, mantener hasta 2028, como propone el PRI, la presencia del Ejército en las calles, para perseguir el delito, sostiene gobernador, Enrique Alfaro Ramírez, tras enfatizar que tal pretensión, abona a una militarización inconveniente, pues relega su función de acuartelarse, a fin de garantizar la paz y soberanía nacional:
“…Es una muestra más de inconsistencia en las posiciones políticas que hemos visto en los últimos días, que en la actualidad Guardia Nacional, está bajo las órdenes del Ejército, que la apuesta que se está planteando por parte de Movimiento Ciudadano para fortalecer las policías estatales y las policías municipales, y evitar la militarización del país, es la ruta correcta. Tenemos un enorme respeto por las fuerzas armadas, la estrategia de seguridad requiere de su apoyo en este momento, pero me parece que el planteamiento de reforma, en los términos que he escuchado, es un camino equivocado…”
Admite que, aunque la incursión colaborativa de las fuerzas armadas frente al acoso del crimen organizado, es importante, de ninguna manera debe asumirse una determinación que lleve a desmantelar progresivamente el papel de la policía civil, para robustecer un escenario milita. Insiste que esa no es la forma, y por ende, la Guardia Nacional, tampoco fue creada para acabar sometida o incrustada al Ejército.
Subraya que genera extrañeza el cambio de postura del PRI, en un evidente arreglo con el gobierno federal, a cambio de eliminar persecución y obtener bastión de simpatías, encaminado a consolidar el poder y la ola morenista en el 2024:
“…Deseamos que pueda dejarse atrás este jaloneo político en la agenda de seguridad, y nos concentremos todos en hacer nuestra tarea, que es lo que la gente espera, esfuerzo que se ha hecho en nuestro Estado para reducir la incidencia delictiva va dando resultados, va demostrando que cuando hay voluntad para coordinarse se puede lograr buenos resultados; insisto creo que en lugar de estar metidos en un debate político, tendríamos que cerrar filas para enfrentar el desafío del Estado mexicano…”
Subraya que cuando se aprobó la reforma para crear la Guardia Nacional, quedaron establecidos mecanismos para no avanzar en un proceso de militarización nacional, de ahí la necesidad de que la agenda de transición se respete. Añade que no debe confundirse la postura de fortalecer las policías locales, con un desdén al ejército mexicano o minimizar su papel en la lucha para recuperar la paz y tranquilidad del país. El trabajo de combate a la delincuencia, precisa, debe incluir una coordinación entre policías civiles, la guardia y marina. Finaliza al decir que la Guardia Nacional, requiere mucha más capacitación y afinar mecanismos para operativos de cercanía con la comunidad, que entienda lo que es la seguridad pública, más allá de su formación militar.