AFP.-La lucha contra el crimen organizado debe enfocarse no solo en la cuestión de la legalización de las drogas, si no en la sofisticación de los grupos criminales que se están apoderando de las instituciones en México, advirtió el ex presidente Felipe Calderón.
“La droga puede ser legal o ilegal, pero si la policía está asociada con los criminales, usted va a seguir teniendo problemas”, señaló el ex jefe de Estado mexicano (2006-2012) en una entrevista con el diario ABC de Asunción.
“Para mí, la polémica no es si se legaliza o no. Tiene que revisarse, tarde o temprano, pero el problema de México no es un asunto de drogas nada más. Las organizaciones criminales han adquirido tal grado de sofisticación que se están apoderando de las instituciones”, advirtió Calderón, quien el fin de semana visitó al presidente Horacio Cartes y autoridades políticas y empresariales de Paraguay.
Calderón dijo no oponerse a la legalización de la marihuana, como algunos le atribuyen, y recordó que incluso hizo una propuesta en Naciones Unidas, junto a los presidentes de Guatemala, Otto Pérez, y de Colombia, Juan Manuel Santos, para que se estudien todas las alternativas, aún las alternativas de mercado.
El ex mandatario, cuya gestión de gobierno estuvo marcada por su frontal combate militar a los cárteles, aclaró que su objetivo primordial no fue perseguir al narcotráfico per sé.
“Más que una lucha al narcotráfico en sí mismo, fue una batalla por la seguridad pública que estaba comprometida y amenazada” por criminales que en su origen solo se dedicaron al tráfico de drogas, dijo Calderón, pero luego incluyeron en sus actividades ilícitas el secuestro y la extorsión, entre otros delitos.
“Ya no los podíamos evadir más. Se estaban convirtiendo en los ‘mandamases’ de México”, dijo.
En cuanto a los más de 70.000 muertos bajo su gobierno, dijo que la violencia no fue producto de la acción del gobierno sino de las pugnas entre los grupos criminales por su expansión territorial.
“Los enfrentamientos de cárteles contra cárteles provocaron una ola de violencia enorme”, apuntó.
Calderón admitió que había pueblos y ciudades donde la policía estaba totalmente carcomida por la corrupción y que debió reconstruir la fuerza sometiendo hasta a los comandantes a la prueba del polígrafo y aún el examen toxicológico.
Calderón aseguró que de 2011 a esta parte la violencia se ha ido reduciendo aceleradamente en México.