Reuters.-La controversial discusión de una reforma fiscal en México, clave para el gobierno de Enrique Peña Nieto, quedó en suspenso este miércoles en el Senado cuando el ex gobernante Partido Acción Nacional (PAN), una de las principales fuerzas opositoras, abandonó el debate.
El PAN, en los últimos años aliado del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), ahora se ha opuesto a gran parte del plan fiscal, en particular a la homologación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en la franja fronteriza a la tasa general del 16 por ciento, aprobada en la madrugada.
El PAN, que gobernó entre el 2000 y el 2012 y tiene gran parte de su capital político en el norteño estado de Baja California, sostiene que no se puede aumentar impuestos en un contexto de desaceleración económica que vive México.
“Si no hay la posibilidad de que podamos ser escuchados, si toda esta sesión es una farsa para votar lo que de antemano ya está votado en otro lugar, el Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional se retira de esta sesión”, dijo el senador Jorge Preciado, coordinador de los senadores panistas.
El retiro del PAN ocurre cuando se acerca el plazo final que tiene el Senado para aprobar la reforma, el 31 de octubre, y la ley de ingresos, que aún no ha discutido ni siquiera en comisiones.
El Senado decretó un receso hasta el mediodía (1800 GMT), mientras el coordinador de los senadores priistas, Emilio Gamboa, intentaría convencer a los panistas de regresar a la discusión. No obstante, sin el PAN habría de todas maneras asistencia suficiente para aprobar la reforma.
La cámara alta debe discutir aún varios artículos reservados por el PAN, así como por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que ha actuado dividido en esta cámara pero ha prestado parte de sus votos para la aprobación de la reforma.
El PRI tiene una mayoría relativa en ambas cámaras y necesita de votos de la oposición para pasar reformas.
La iniciativa es una parte vital de un paquete de reformas de Peña Nieto, quien asumió hace casi un año, con el que busca reconfigurar el modelo económico mexicano y hacerlo más sólido y competitivo.
No obstante, la iniciativa fiscal original ha sufrido varios cambios a su paso por el poder legislativo y diversas agrupaciones empresariales han rechazado algunos puntos argumentando que golpeará la productividad del país en momentos de desaceleración económica.
La propuesta inicial del Gobierno tenía la intención de elevar la recaudación tributaria del país en un 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2014, para llegar hasta cerca de un 3 por ciento del PIB en el 2018.
Pero con las modificaciones hechas por los diputados hace más de una semana la recaudación para el 2014 sería de un 1.1 por ciento del PIB y de menos de un 2.7 por ciento para el 2018, según la Secretaría de Hacienda.