Las fuerzas de seguridad sirias sufrieron bajas en combates con desertores por tercer día consecutivo, con la muerte de al menos 27 militares este jueves en el sur del país, según fuentes opositoras.
En un informe sobre Siria difundido este jueves, la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) estimó que la mitad de los desertores que entrevistó se amotinaron tras habérseles ordenado disparar indiscriminadamente contra civiles.
Las bajas de las fuerzas leales al presidente Bashar al Asad se produjeron este jueves en tres enfrentamientos distintos en la provincia de Deraa (sur), donde hace nueve meses comenzó la revuelta popular contra el régimen, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Estos combates tuvieron lugar después de que desertores mataran a por lo menos ocho militares el miércoles y siete el martes, en enfrentamientos presentados por la oposición como represalias por la represión del régimen.
Así, el miércoles, el ataque de los desertores que causó la muerte de ocho soldados en la provincia de Hama (centro) fue una respuesta a la muerte, ocurrida poco antes, de varios civiles acribillados a balazos por las fuerzas de seguridad cuando se desplazaban en su automóvil, de acuerdo con el OSDH.
En su nuevo informe, elaborado en base a entrevistas con desertores, HRW indica que comandantes sirios ordenaron disparar indiscriminadamente contra manifestantes desarmados.
Los desertores entrevistados citaron a 74 oficiales “que supuestamente ordenaron, autorizaron o aprobaron matanzas, torturas y arrestos ilegales generalizados”, según el comunicado de la organización de defensa de los derechos humanos.
Aproximadamente la mitad de los desertores entrevistados recibieron órdenes directas de disparar contra manifestantes y transeúntes.
Por otra parte, HRW dijo que había casos documentados de ataques contra militares, pero recalcó que la mayoría de las manifestaciones eran pacíficas.
En el plano diplomático, el primer ministro iraquí Nuri al Maliki dijo el jueves a la AFP que Irak enviará dentro de poco una delegación a Damasco con la intención de iniciar un diálogo entre las autoridades y la oposición sirias.
“Los estadounidenses (…) comprenden nuestra iniciativa”, aseguró Maliki.
Hasta ahora, la oposición siria ha rechazado todo diálogo con el régimen de Asad y exige la renuncia del mandatario.
Por su parte, Canadá llamó el jueves a sus ciudadanos a abandonar Siria e indicó que una “evacuación voluntaria” sería organizada durante el próximo mes.
El ministro de Relaciones Exteriores canadiense, John Baird, justificó la petición en las sanciones de la Liga Árabe contra Damasco, que implicarán la reducción de la mitad de los vuelos comerciales hacia Siria. Cerca de 1.500 canadienses están inscritos en la embajada del país, pero el total de residentes se estima en 5.000.
En la noche del miércoles, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había urgido a intervenir contra la represión. “En Siria, más de 5.000 personas murieron. Esto no puede continuar. En nombre de la humanidad, es hora de que la comunidad internacional actúe”, afirmó Ban en rueda de prensa en Nueva York.