Era sólo una demostración sobre seguridad vial, pero fue escalofriante: Un Ford Taurus estaba a segundos de pasar por una intersección cuando de pronto una hilera de luces rojas centelló en la parte baja del parabrisas y sonó la alerta de que otro vehículo se aproximaba a toda velocidad por la calle transversal.
El conductor frenó en seguida y se detuvo al tiempo que el segundo automóvil, hasta entonces imperceptible a la vista detrás de un camión grande estacionado, pasó veloz frente a la ruta del Ford pese a la luz roja del semáforo.
La demostración durante una conferencia reciente sobre transporte permitió vislumbrar el futuro de la seguridad de los automóviles: Carros que “conversan” entre sí y advierten a los conductores de colisiones inminentes. En el tercer trimestre del año, el gobierno de Estados Unidos pondrá en marcha un programa experimental de un año de duración en el mundo real con unos 3.000 vehículos —entre automóviles, autobuses y camiones— que serán conducidos por voluntarios en la ciudad de Ann Arbor, en el estado noroccidental de Michigan.
Los vehículos llevarán equipo para mantener una comunicación constante mediante redes inalámbricas a fin de que intercambien información 10 veces cada segundo sobre ubicación, dirección y velocidad con otras unidades igualmente habilitadas que están a una distancia de casi 305 metros (1.000 pies).
Una computadora analiza la información y transmite advertencias de peligro a los conductores, con frecuencia antes de que puedan ver al otro vehículo.
En las carreteras de hoy, los Taurus similares al de la demostración probablemente serían golpeados en un costado por otro vehículo. En 2010 hubo más de 7.800 accidentes fatales en cruces de las autopistas de Estados Unidos.
En la llamada comunicación de vehículo a vehículo, o V2V, las versiones más avanzadas del sistema pueden tomar el control de un automóvil para impedir un percance al accionar los frenos cuando el conductor reaccione demasiado lento a una alerta.
La V2V “es nuestro siguiente paso en la evolución … para asegurarnos de que el accidente simplemente nunca ocurra, lo cual es, francamente, el mejor escenario de seguridad que todos podemos esperar”, afirmó el responsable de la Administración Nacional para la Seguridad del Tráfico en Carreteras, David Strickland.
La tecnología V2V tiene la posibilidad de ayudar en la mayoría de los choques ajenos al alcohol o las drogas, dijo Strickland, pero una gran parte depende de la manera en los conductores respondan a las advertencias y ese es uno de los motivos de la prueba en Ann Arbor. En términos generales, más de 32.000 personas murieron el año pasado en percances viales.
Además de advertir sobre los vehículos que se pasan la luz roja del semáforo o los letreros de alto, los “automóviles conectados” pueden comunicarle a los conductores si pueden girar a la izquierda en función del tráfico perpendicular. Al transitar por autopistas de dos carriles, el sistema alerta cuando rebasar es inseguro debido a los vehículos que se aproximan en sentido contrario, incluso los que en curvas no alcanza a ver el conductor.
En las filas de vehículos por tráfico intenso, el sistema alerta si varias unidades adelante una frena abruptamente, incluso antes de que frente el automóvil en frente. Y el sistema advierte a los conductores cuando están en riesgo de pegarle por detrás a un vehículo lento.
Entre otras posibilidades de “comunicación” con semáforos y varios dispositivos viales, los vehículos pueden ser alertados de atascos viales y recibir rutas alternativas.
La administración para la seguridad en las carreteras ha estado trabajando sobre la tecnología en los últimos 10 años con ocho empresas automotrices: Ford, General Motors, Honda, Hyundai-Kia, Mercedes-Benz, Nissan, Toyota y Volkswagen.
“Creemos que esto es realmente el futuro de la seguridad en el transporte y va a ser muy importante en la manera en que llevemos nuestras vidas”, estimó Scott Belcher, presidente de la Sociedad de Transporte Inteligente en Estados Unidos, la cual promueve soluciones tecnológicas a problemas en el transporte.
La tecnología ya está disponible, aseguró Rob Strassburger, vicepresidente de seguridad en la Alianza de Manufactureros de Automóviles. A su juicio, lo que se necesita es que el gobierno fije las normas para que todas las empresas automotrices utilicen tecnología compatible.
Los beneficios del V2V no estarán plenamente disponibles hasta que esté en funcionamiento una masa suficiente de vehículos “parlantes” y se desconoce cuándo llegaría ese momento.
Para cuando el gobierno establezca las reglas y las firmas automotrices respondan, podrían pasar 10 años antes de que la tecnología este disponible de manera general en vehículos nuevos. Se necesitan unos 30 años para que una nueva tecnología pueda llegar a toda la población con vehículos.