El Consejo de Ministros alemanes aprobó hoy crear una oficina pública encargada de controlar la política de precios de las compañías petroleras y de carburantes en el país que venden ese producto en Alemania al precio más alto de Europa.
El gobierno alemán busca poner bajo control del Estado el desarrollo de los precios de este sector para alcanzar resultados más estables, informó la prensa alemana.
Las empresas proveedoras de 14 mil 700 gasolineras en todo el territorio alemán deberán presentar informes detallados sobre cómo y en qué contexto se decidió subir o bajar los precios de la gasolina.
Además, deberán detallar de manera mucho más transparente qué cantidades de qué combustible vendieron y a qué precio. Bajo el control de la oficina también estarán comerciantes y refinerías.
Los grandes grupos energéticos que comercian en Alemania expresaron sus críticas a la iniciativa, incluso antes de que se este miércoles se aprobara.
La medida fue impulsada por el ministro de Economía, el liberal Philipp Rösler.
El proyecto tiene su origen en el elevado precio de los carburantes que en Alemania es el más alto de Europa, y la variedad de los mismos, ya que en algunas gasolineras suben y bajan varias veces en la misma jornada.
Rösler prevé con esta iniciativa alcanzar más transparencia y mejorar la competitividad en ese sector.
Sin embargo, el gerente la confederación de empresas de combustibles en Alemania, Klaus Picard, dijo al periódico Süddetusche Zeitung que “no tenemos nada que ocultar. La oficina proyectada será un nuevo monstruo burocrático que deberá financiar el contribuyente”.
Picard aseguró que la iniciativa de Rösler no conducirá a una disminución de los precios de los carburantes, sino a un aumento de los mismos ante el trabajo administrativo suplementario al que se pueden enfrentar los gestores de las gasolineras.
Agencias