Por: Leticia Arana
“Y se hizo la luz…”, podrían esbozar muchos de los apuntados para una curul estatal o federal. Desde luego que a todos nos consta lo rentable que es estar sentado en cualquier silla legislativa, por aquello de que representa casi una caricia para los sentidos y el bolsillo. Ser diputado en nuestro país, es una aspiración de moda entre los que han tenido “el espaldarazo” para ocupar una posición municipal, delegacional , gubernamental. Les dicen “chapulines”, por emular a esos seres que brincan sin cesar de un sitio a otro, a diferencia de que el terreno de estos es, diríamos, incierto o sin rumbo, lo que no sucede con nuestros congéneres quienes de ninguna manera están a “oscuras”.
Este oficio político, y es oficio, toda vez que para ello no se requiere rango académico alguno, solo el acreditarse jugosas influencias, trae de cabeza a muchos que buscan congraciarse con habitantes de los distritos que pretenden representar . La forma o el modo de llegar a esa curul, no importa, ya que el objetivo es uno, no bajar sus privilegios económicos . Las relaciones que estos personajes cultivan en el contexto que los atrae, son cruciales, tanto que tampoco ocultan un vergonzoso tráfico de influencias, nexo familiar o un padrinazgo consolidado.
Para muestra, aquí algunos de los ejemplares de Jalisco, que han conquistado ciertas posiciones o están en busca de ellas, gracias al agua bendita de sus benefactores, aunque estos, aclaro, tampoco “dan un paso sin huarache” en la jungla de sumar estatus de poder.
De los anotados para San Lázaro, está el priista, José Noel Pérez de Alba, quien ya fue diputado local y busca el puesto federal por el distrito II; es hijo de Rafael Pérez de Léon, dos veces presidente municipal de San Juan de Lagos. Otro, es el también tricolor, Salvador Arellano Guzmán, anotado para el distrito IV, ampliamente apoyado por el senador, Ramiro Hernández García.
Destaca por supuesto, Rafael González Reséndiz, el cual pretende el distrito V, hijo del todavía presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Rafael González Pimienta, quien también tuvo mucho que ver en el triunfo de otro de sus hijos, el aún alcalde de Puerto Vallarta, Salvador González Reséndiz. Otro más es, Leobardo Alcalá Padilla, ex director de los Hospitales Civiles de Guadalajara, quien anda tras el Distrito VIII del PRI, fuertemente cobijado por el líder moral de la UdeG, el e x rector, Raúl Padilla López y su hermano el también ex académico, Trinidad Padilla López, por cierto, apuntado por una diputación local por el distrito XIII de Jalisco.
Uno más es, Marco Antonio Barba Mariscal, tras la diputación federal por el distrito XIII, a cuyo progenitor , el líder sindical Alfredo Barba Hernández, le debe la serie de bondades políticas como presidir seis organizaciones obreras y partidistas. Otro feliz es, Salvador Rizo Castelo, pues busca figurar en el Congreso Estatal por el distrito IV, gracias a ser hijo de Salvador Rizo Ayala, ex alcalde de Zapopan. Sigue la priista, Idolina Cosío Gaona, hija del ex gobernador, Guillermo Cosío Vidaurri, quien competirá para quedarse con el distrito VIII de Guadalajara.
El alcalde de Tlaquepaque, Miguel Castro, coquetea una curul estatal por el distrito XIV, aprovechando el singular respaldo de “el güero” Barba Hernández, quien lo ha encumbrado . Por cierto le disputará este distrito , la panista, ex regidora tapatía, Fabiola Jacqueline Martínez Martínez, auxiliada por su hermano, el senador , José María Martínez Martínez… no cabe duda, qué bonitas familias!!.